1. Analizan los sentimientos, tanto propios como ajenos
Las personas inteligentes saben reunir información y sacar
conclusiones. Y esta habilidad les juega una mala broma, pues son más propensos
a «huir» de la relación en cuanto se presentan las primeras señales de
problemas. ¿Malos entendidos, discusiones? No somos uno para el otro, adiós.
2. Necesitan más tiempo para abrirse
El cerebro no deja de trabajar jamás sacando a la superficie
todos los detalles y motivos posibles del por qué todo puede salir mal. Como
resultado, a las personas inteligentes se les hace difícil abrirse con los
demás, saben y entienden que cualquier relación es un riesgo. Por eso muchas
veces lucen frías y reservadas aunque en realidad, no es así.
3. Confían en su experiencia anterior
Otra trampa en la que caen las personas inteligentes. Lo que
haya destruido su relación anterior no necesariamente aniquilará la relación
actual, sin embargo, les resulta difícil entenderlo. Recuerdan bien la dolorosa
experiencia de separación en el pasado y proyectan su experiencia anterior a
las personas que están a su lado en este momento.
4. La soledad es su elección consciente
Sí, así es. Las personas inteligentes se dan cuenta de que
es mejor y más cómodo estar solo que «mal acompañado». Es su elección bien
pensada y totalmente consciente. En la mayoría de los casos estas personas no
están solas debido a las circunstancias sino porque eso es lo que quieren y se
sienten excelente en soledad.
Fuente: iheartintelligence
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